El
otro día un buen amigo, de esos buenos, buenos, me puso en mi sitio. Y me
gustó. Porque en todo momento soy consciente de cuando parezco una pu(ñe)t(er)a
prepotente pero pocas veces puedo pedir perdón porque nadie se atreve a decírmelo
y luego se me olvida. Me encantó que hubiera espacio hasta para eso. Ser una pu(ñe)t(er)a prepotente y ser consciente no
te hace ser menos prepotente, te hace poder pedir perdón y en mi caso por lo
menos de corazón. Porque una cosa no quita la otra. Porque creer que no hay
razones y que intenten convencerte con ellas hace que en la única que tu crees
sea la más importante y ni escuchas. Y eso es de ser gilipollas. Como yo. Pero oye,
que bueno es tener buenos amigos, de esos buenos, buenos, que te pongan en su
sitio y que te siente bien. La amistad puede ser tantas cosas y yo solo me quedo
con una: querer estar a pesar de. A pesar de no haber estado, de haberte necesitado,
de no haberte llamado; a pesar de distancias, trabajos, tiempos; a pesar de
cualquier cosa que el ser humano considera que eso es de “te ha fallado” y
querer seguir estando. Amistad para mí son todos los que me ponéis en mi sitio
cuando se me va la pinza, y yo me quedo porque mi sitio no es otro que ahí
donde estáis vosotros. Tengo la suerte de poder compartir mi locura con pocos
pero con buenos: en hamburgueserías de Barcelona, en casas con perros por Gavà,
en pistas de básquet…mejor estar en mi sitio con vosotros, que sola: som el que estimem me tatué por primera vez.
A pesar de todo lo que he dicho arriba...el mejor, siempre será el mejor. |
Vaja, si que és una sort això que expliques si, i molt difícil de trobar!!
ResponderEliminarJo no soc gaire de "posar a ningú a lloc", em diuen que soc massa tou, i segur que una part de raó tenen, però la meva feblesa espero que també senti bé i que també impliqui voler estar "a pesar de".
Kissassos per tuttiiiii