Si buscas, encuentras


Cuando nos pasábamos las tardes en la litera mirándonos, tocándonos, hablándonos…conociéndonos, no recuerdo hablar de futuros. Ninguno de los dos queríamos saber lo que queríamos ser. No teníamos prisa por ser nada porqué teníamos la suerte de estar siendo justo en esos momentos. No recuerdo hablar de sueños. No teníamos grandes (ni pequeñas) expectativas. Quizás sin saberlo ya sabíamos que la vida no espera. Hicimos muchas veces el amor por si acaso y empezamos a entender que las cosas importantes siempre serían las que nosotros quisiéramos que fueran. Nos gustábamos tanto por dentro que daba igual lo que hiciéramos por fuera. Tus centímetros se reían de mis quilos, y viceversa.  No hay humor más sano que el que tú me has dado siempre. Tus manos y tus ojos siempre están cuando avanzo, pero sobretodo cuando decido parar. Estar tan llena por dentro me ha permitido poder pensar en cosas que nunca me hubiera gustado pensar. Me has dejado mirar, preguntar, observar, escuchar. Nos dejamos rápido de tonterías para ser un poco más tontos cada día, pero más libres. Nunca me he caído del todo porqué siempre he sentido un orgullo silencioso cuidándome, el tuyo.  Haga lo que haga, siempre está ahí: con gorras de Mcdonals o viseras de Cinesa; cuando dejo y vuelvo a las pistas; cuando no me da la gana de ser feliz y cuando sí. Esa tranquilidad de no tener que demostrar nada es lo que nos hemos dado. Y créeme que no es poco. Ni fácil. Si en esa litera hubiéramos soñado con futuros, no creo que nos hubiéramos imaginado así. Espero que almenos un poco, te pase como a mí. Ojalá sientas esa mirada de admiración sin prejuicios ni expectativas que te abraza en cada paso que das. Que todo lo que hagas lo hagas solo por tu orgullo y que sientas el mío tan adentro que no te haga falta ir a buscarlo nunca más. Que te sientas libre de avanzar o parar o ir para los lados como tú me has hecho sentir siempre. A tres años de llegar a los 30 y aún no tenemos sueños. O tenemos uno diferente cada día. La vida ya nos enseñó que no vale tanto la pena como nos habían hecho creer. Yo he tenido la suerte de cruzarme con alguien que me ha dejado quererle como nos cuentan que hemos de querer, y que me ha dejado crecer y querer como he querido y quiero querer.

Esto por si algún día me harto de que no friegues los platos y te echo a la calle.


Dos hombretones por la vida


Comentarios

  1. Que bo, que bonic, que difícil, que gran, que cert, que autèntic, ... que content que em fa estar.

    Espero que d'una altra manera també estigui en aquesta ona...

    Petons

    ResponderEliminar

Publicar un comentario