Tengo la impresión a
veces de que mucha (bueno mucha, bastante) gente cree que el Luis y yo somos
una pareja ejemplar. El ejemplo a seguir. Que nos queremos de verdad. Amor del
bueno. Para toda la vida. Que envidia sana. Yo quiero encontrar algo como lo vuestro.
Pero no nos engañemos
tampoco. Las redes sociales hacen mucho daño. Solo se suben momentos felices,
especiales, cuando estrenamos ropa, móvil o lo que sea. Postureamos. Eso todo
el mundo lo sabe. Pero esa no es la única realidad. Sí que es una. Una de
muchas. La bonita. Porque a ver, no nos vamos hacer una foto cuando nos estamos
hablando a grito pelao por si uno es más guarro que el otro. Estaría bien, pero
el Facebook aún no está preparado para esto. O sí. Pero existen. Seguramente en
cada casa. En las mejores casas. Por eso hay que ir con cuidado con el
Facebook. Con idealizar. Hay que contextualizar. Ser conscientes.
El Luis y yo llevamos
seis años y ocho meses compartiendo juntos. Y hemos pasado momentos muy duros.
Nos hemos faltado el respeto. Hemos tenido etapas de no encontrarnos. Hemos
discutido por cualquier chorrada. Nos hemos hecho daño. Nos hemos acusado. Nos
hemos culpado. Nos hemos fallado. Nos hemos visto el uno sin el otro en muchos
momentos. Y nos ha costado pedirnos perdón. Mucho.
Y todo esto no muy de
vez en cuando. No. Todo esto, a veces. Confianza y respeto. Dos máximas que por
desgracia cuando más tienes de una más fácil es olvidarte de la otra. La
confianza se gana y se pierde. Confiar.
Que bonito verbo. Esa ha sido mi clave (creo). ¿Para que no hacerlo? Habrá
muchas cosas en las que no seamos libres, pero en esta, en esta sí. Yo estoy
porque quiero estar. Nadie me obliga. Entonces porqué no confiar. Porqué buscar
nada. Porqué inventar a veces. Porqué no creer. Confiar, entender y tolerar. Y respetar. Que es lo que más cuesta
cuando la confianza está en su plenitud. Cuando ya das las cosas por hechas.
Pero el respeto siempre, siempre, siempre ha de ser lo primero. Que confiar
signifique respetar. Y adelante.
Cuando el Luis y yo
estamos en una crisis importante, de esas que estamos ya delirando, los dos
llorando, culpándonos, sin mirarnos, sin querer entrar ya ninguno de los dos en
razón. Yo, desde siempre, siempre digo lo mismo: Si en teoría tú eres la persona que más me quiere, y yo la que más te
quiero a ti. Si en teoría somos las personas que más nos hemos de querer. Qué
leñes estamos haciendo. Paramos ya. Si no vamos a separarnos. Ya está. No vale
la pena seguir sufriendo si los dos queremos la felicidad del otro. Y
entonces sí. Siempre es él el que da el primer abrazo.
Y mira por donde, con
la tontería, seguimos intentándolo. Discutiendo, pero con confianza, intentando
mantener el respeto. Que no somos ninguna pareja ejemplar, ni los más monos, ni
mucho menos los más guapos (bueno esto quizás sí jajajaj).
![]() |
postureando en verano..... |
Tots sabem que "no es oro todo lo que reluce" i que "no todo el monte es orégano", tothom ho sap, però no tothom té la valentia de dir-ho. Ben provat i "clavat" tata, continues fent triples sense parar...
ResponderEliminarKissassos