Raro

Me ha dado por escuchar reggaetón, Txarango y La oreja de Van Gogh. Así, todo junto.  De reggaetón no tengo ni idea y me pongo la playlist del Spotify, entre “Me enamoré”, “Traicionera” y “El amante” ya tengo suficiente para pasar a la nostalgia de la oreja de Van Gogh. Primero las de Amaya, que me devuelven a esas primaveras quinceañeras, dónde como en una peli americana mala esperabas que en el día de Sant Jordi tu enamorado secreto te dejara la rosa en la silla; o en la mochila.. o en tu mano. Nunca pasó, mis enamorados secretos eran demasiado secretos. Y para no hacer un feo a la nueva cantante (ya no tan nueva pero siempre será la nueva) escucho canciones del último disco; y del penúltimo. Y me gustan. No habrá nada más pavo que te guste La oreja de Van Gogh, pues aquí estoy yo, toda una marimacha cantando “cuando creas que la vida se ha olvidado de ti, no dejaré de susurrarte al oído…que estoooy contiigoooooooo..que estoy juntoaaaaa ti…”. Y cuando ya se me ha clavado esa voz apavonciada dentro del corazón, de la cabeza y de mi paciencia, vuelvo al presente y pongo Txarango. No me gusta especialmente y nunca iría a un concierto, creo que encontraría a demasiado hipócrita…o no. Pero algo especial tienen cuando cada vez que estoy ahí abajo, muy abajo, demasiado, van ellos y me suben..un poco. Aprovecho cuando no está el Luis, que no soporta ninguno de los tres (normal), para ponerlos en alto y crear la banda sonora acorde con este abril. Raro.

Txarango canta:

“No oblidis el camí si et porten lluny els vents. Un dia vam ser aquí i no ens va faltar res. No és el pas del temps qui ens porta a créixer, són els seus cops. I a cada cop que ens aixequem del terra, vencem la por. Deixa't anar d'allò que pesa, pren el vent amb la incertesa, sent la flama i deixa néixer el teu instint.

No oblidis el camí si et porten lluny els vents. Un dia vam ser aquí i no ens va faltar res…”

I a mi m’agrada.