maldito trigo

Una de las pocas leyes rigurosas de la historia es que los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones. Una vez que la gente se acostumbra a un nuevo lujo, lo da por sentado. Después empiezan a contar con él. Finalmente llegan a un punto en el que no pueden vivir sin él. Explica Yuval Noah Harari en la página 106 de Sapiens.

La culpa de todo la tiene el trigo. El maldito trigo hizo que los Sapiens nos quedáramos quietos…y la liáramos. Dice Yuval que cambiamos la calidad por la cantidad. Mientras íbamos por los salvajes bosques cazando y recolectando éramos menos, pero éramos más felices, luego se nos fue la olla y por culpa del trigo que era lo más delicadito del mundo, que si las hierbas malas fuera, que en rocas no, que si no sé cuantas semanas para no sé qué…pues los Sapiens acabaron por instalarse, y cuando uno se instala le da por tener hijos, por lo tanto más estómagos, por lo tanto, más trigo que controlar…y así, pues veis…hasta hoy. Empezaron a pensar en el futuro por primera vez y ahí ya sí que la cagaron 100%. Trabajar más y más duro para recompensa futura. Eso pensaban los primeros que nunca llegaron a verla, y claro, los siguientes ya no se acordaban que antes trabajando menos, tenían más, y así…hasta hoy. Trabajan (o trabajamos) a saco y ya no sabían ni pa qué. Me cago en el maldito trigo. El Yuval también explica, y me encanta como le explica, que todo es mentira. El dice: imaginación. El poder de la imaginación para controlarnos, para movilizarnos, para creer y sobre todo para hacer futuros creyentes. De lo que sea: religión, clases sociales, amor, derechos humanos, igualdad, libertad. Nada, todo (o muchas, muchas, muchas cosas, porque Todo es demasiado) mentira; todo imaginación. Ya os dije que la culpa (bueno, en este caso, no hay culpa..¿razón?¿teoría?) de esto fue el fuego, que permitió que digiriéramos antes los alimentos cocinados, tuviéramos el intestino más pequeño, y por tanto, el cerebro más grande…y empezáramos a pensar en gilipolleces. Yo me quedé en esa época creo, porque la comida aún es el 90% de mi cerebro. Ay qué me lio, lo que quería decir: es que no sé como más gente aún no se cuestiona cosas obvias. La cultura por ejemplo, qué es? Si la historia la han escrito los pocos que no estaban cultivando trigo pero se podían comer los excedentes de los millones de agricultores a saber por qué poder sobre natural. Aix. Ahora nos extraña que hace relativamente poco hubieran zonas para negros y zonas para blancos, pero vemos lo más normal del mundo que haya zonas para ricos y zonas para pobres. Normal, se lo han ganado, es su dinero. Qué coño es el dinero. Qué coño es el capitalismo. El individualismo. Uf. Demasiadas cosas absurdas que tenemos que creer por cojones porque es la época en la que nos ha tocado vivir. Pero que putada darse cuenta de lo insignificante que somos. O suerte…te da la libertad de ver la vida más relajada…o no. Bueno, por hoy ya está bien. Ya me he desahogado una vez más.


Para acabar Yuval Noah Harari dice en la página 136 de Sapiens: No hay manera de salir del orden imaginado. Cuando echamos abajo los muros de nuestra prisión y corremos hacia la libertad, en realidad corremos hacia el patio de recreo más espacioso de una prisión mayor.

Así es la vida: tú me das, yo te doy. 

Comentarios

  1. Jo també estic llegint al Yuval, "Homo Deus", també genial, quina perspectiva que te aquest home!!!

    Jo ho enfoco no tant en la ràbia que dona l'absurditat humana, sinó en l'anècdota d'entendre alguna cosa que donava per sentada sense haver-m'ho plantejat gaire... Vaig ampliant la meva perspectiva gràcies a gent com en Yuval (i com tu) que m'ajuden a veure coses que abans ni distingia del "paisatge" mental que he anat construint durant la meva vida.

    Sempre aprenem, i si pot ser, que ens ajudi a viure millor...

    Petons!!!!!!

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